lunes, 24 de enero de 2011

Aprender del paciente: algo más que escucha activa

Supone un cambio conceptual muy importante la posición del médico de familia en la consulta quiero decir, la forma como afronta el encuentro asistencial. La experiencia y madurez en el trabajo asistencial en la atención primaria hacen que pueda afrontarse un encuentro con una expectativa compartida por ambos protagonistas : el médico y el paciente, al fin y al cabo, dos personas unidas por un vínculo común llamado salud.
Es en el momento en que el médico es capaz de observar más allá de lo que representa la visión del clínico, en el momento en que el paciente es observado en su dimensión más personal cuando el encuentro clínico adquiere su mayor potencialidad y enriquicimiento mutuo. Para que el médico sea capaz de entender realmente la realidad de la persona que solicita ayuda debe de ser capaz de eliminar laa fina capa protectora que impregna habitualmente el encuentro clínico. La distancia entre dos personas que suele simbolizarse con una mesa en medio pero que puede ser eliminada cuando se intenta llevar al máximo la expresión de la empatía .
Es en el momento de valoración " de iguales" cuando es mayor el beneficio clínico obtenido por el paciente y la satisfacción obtenida por el médico. En este enfoque asistencial no hay lugar para el famoso síndrome del médico " quemado". El burn out sólo puede ser posible allá donde el médico esté dispuesto a aceptarlo. El beneficio mutuo obtenido en la consulta es un regalo demasiado precioso como para dinamitarlo por una mala gestión. Qué suerte poder ser capaz de entenderlo y disfrutar en la consulta.

lunes, 31 de mayo de 2010

Autoayuda ayudando: una realidad inconsciente

Como parte de una reflexión general cabe preguntarse si realmente la implicación del médico de familia como persona dispuesta a proporcionar ayuda, ante todo, representa una dosis de autoayuda no siempre tenida en cuenta ni explorada convenientemente.
Cuando un médico de familia lleva diez años de profesión, suele experimentar cambios en la forma de acercarse y de hablar con sus pacientes. Cuando lleva veinte años de profesión,el médico conserva la realidad del paciente desde el pisma de la continuidad, no desde la distancia de la sabiduría. Si el médico es capaz de incorporar su máxima espectativa de cada momento, a la situación inesperada del próximo encuentro asistencial, habrá conseguido la esencia y la fórmula para mantener una permanente felicidad en el ejerciio asistencial como médico de familia. Sólo falta que nos lo creamos de verdad, porque la realidad es que es así y funciona.
La expresión y constatación de que la atención primaria supone una garantía de protección y autoayuda del profesional la refrenda la vivencia continuada de mucjos médicos de familia que disfrutan con su profesión, a pesar de los muchos inconvenientes que tradicionalmente se atribuyen al trabajo en el primer nivel asistencial.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Por qué soy médico de familia

Porque hace ya muchos años fui creyendo cada vez más en la figura de un personaje idealizado que ayudaba a muchas personas. Afortunadamente pude hacer realidad mi sueño tras grandes esfuerzos y trabajo constante y pienso que he sido un afortunado al haber elegido una de las mejores profesiones del mundo. Por lo menos, no me veo yo haciendo otra cosa.

Por qué escribo este blog

Porque quiero compartir reflexiones sobre aspectos diversos de nuestra realidad como médicos de familia con aquellos compañeros que lo deseen

Por qué es una suerte

Cada vez más estoy convencido que puedo considerarme un afortunado. La posibilidad que me ofrece mi acercamiento a la realidad diaria y continuada de muchas personas supone un crecimiento personal no siempre valorado adecuadamente. Desgraciadamente no siempre podemos o queremos ser conscientes de la situación pero mi experiencia me está enseñando que abrir los ojos a la realidad concede al médico de familia muchos beneficios para su propia vida y, por tanto para su propia salud.