Supone un cambio conceptual muy importante la posición del médico de familia en la consulta quiero decir, la forma como afronta el encuentro asistencial. La experiencia y madurez en el trabajo asistencial en la atención primaria hacen que pueda afrontarse un encuentro con una expectativa compartida por ambos protagonistas : el médico y el paciente, al fin y al cabo, dos personas unidas por un vínculo común llamado salud.
Es en el momento en que el médico es capaz de observar más allá de lo que representa la visión del clínico, en el momento en que el paciente es observado en su dimensión más personal cuando el encuentro clínico adquiere su mayor potencialidad y enriquicimiento mutuo. Para que el médico sea capaz de entender realmente la realidad de la persona que solicita ayuda debe de ser capaz de eliminar laa fina capa protectora que impregna habitualmente el encuentro clínico. La distancia entre dos personas que suele simbolizarse con una mesa en medio pero que puede ser eliminada cuando se intenta llevar al máximo la expresión de la empatía .
Es en el momento de valoración " de iguales" cuando es mayor el beneficio clínico obtenido por el paciente y la satisfacción obtenida por el médico. En este enfoque asistencial no hay lugar para el famoso síndrome del médico " quemado". El burn out sólo puede ser posible allá donde el médico esté dispuesto a aceptarlo. El beneficio mutuo obtenido en la consulta es un regalo demasiado precioso como para dinamitarlo por una mala gestión. Qué suerte poder ser capaz de entenderlo y disfrutar en la consulta.
lunes, 24 de enero de 2011
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